Durante las últimas décadas ha habido pocas cosas tan sagradas en Estados Unidos como el apoyo a Israel . Un apoyo incondicional y bipartidista , regado con miles de millones anuales en asistencia militar, blindaje diplomático y militancia beligerante hacia sus adversarios. Cualquier otro posicionamiento, incluso a nivel de calle o mediático, se consideraba poco menos que un tabú, desechable y ofensivo. Pero esa alianza inquebrantable se está resquebrajando. El rechazo extendido a la matanza y destrucción de Gaza ha generado un cambio sísmico en la opinión pública . Israel está perdiendo a las nuevas generaciones de estadounidenses. También a los demócratas, mientras se abren serias grietas en el campo conservador. Las implicaciones estratégicas a medio plazo son ev

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