El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) ha publicado un informe sobre las principales causas de muerte en México durante el primer trimestre de 2025. Se registraron 211 mil 894 defunciones, lo que representa una disminución de 1 mil 445 muertes en comparación con el mismo periodo del año anterior. Las enfermedades del corazón se posicionan como la principal causa de muerte, con 51,382 decesos, seguidas por la diabetes mellitus con 30,578 y los tumores malignos con 23,678. A partir del cuarto lugar, las causas de muerte varían según el sexo. En el total, la influenza y neumonía ocupan el cuarto lugar, mientras que en hombres, los accidentes y homicidios son más prevalentes. En detalle, las cifras indican que de las 51,382 muertes por enfermedades del corazón, 23,903 corresponden a mujeres y 27,475 a hombres. En el caso de la diabetes, 15,218 son mujeres y 15,360 hombres. Los tumores malignos también muestran una distribución similar, con 12,461 muertes en mujeres y 11,217 en hombres. La influenza y neumonía, que ocupan el cuarto lugar en el total nacional, registraron 11,703 muertes. En mujeres, esta causa también es la cuarta, mientras que en hombres, los accidentes, con 7,335 muertes, ocupan ese puesto. Las enfermedades del hígado y las enfermedades cerebrovasculares son las siguientes en la lista, con diferencias notables entre sexos. El informe del INEGI se basa en datos de 4,286 fuentes informantes, incluyendo oficialías del Registro Civil y servicios médicos forenses. La clasificación de las causas de muerte se realiza utilizando la Lista Mexicana, lo que permite comparaciones por sexo y a lo largo del tiempo. Además, un análisis adicional del INEGI ha revelado que en los últimos 25 años, 735 personas han muerto en México por causas extremadamente raras, como infecciones de oído y trastornos benignos de la mama. Estos casos, aunque pocos, indican fallas en el sistema de salud, ya que muchas de estas muertes eran prevenibles o tratables. Los expertos consideran que estas muertes inusuales son "alertas centinelas" que deben impulsar mejoras en la detección temprana y el acceso a servicios de salud. El estudio concluye que es fundamental mejorar la calidad de la información sanitaria para evitar distorsiones en las estadísticas nacionales.