“ Bendecidos por la varita mágica del Señor. Dotados de un talento único y universal. Así como dichosos, obligados a ofrecer sus recursos al resto de la humanidad. Estos personajes nacieron con lumbre propia, con un ángel celestial. Dedicados a ciudadanos ilustres, con fuego sagrado en su interior, que vinieron a hacer de nuestro mundo, un sitio mejor…”

Hay historias por contar. Casi como una obligación. Sobre todo de esas personas anónimas, desconocidas para los medios . Trabajadores cotidianos que sudan la gota pesada y caliente. Son relatos de héroes sin máscaras. Personajes que nacieron con el chip adaptado para vivir en cualquier lugar y para hacer de ese lugar, un sitio mejor. De esos perfiles que con sólo acercarse, generan una atmósfera diferente.

Matias era un salteño que soñab

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