Óscar de Jesús Zamora Agudelo saca una caneca de plástico de su chumbe, la mochila de los indígenas nasa, y derrama sobre el río Pance un trago de Yubeka, una bebida ancestral de su pueblo que ofrece como ofrenda a la naturaleza.

— Con la Yubeka equilibramos las energías. En este punto del río el ambiente se siente muy pesado —dice.

Es una tarde de miércoles y nos encontramos en lo que se conoce como ‘La piedra de las brujas’, en La Vorágine, a 15 minutos en carro de Pueblo Pance, uno de los lugares predilectos de quienes, por estos días de Halloween y Día de los Muertos, acostumbran a llegar hasta el río para hacer rituales de brujería.

No solo el nombre del sitio atrae a los brujos, también su ubicación: una zona oculta por la maleza. Si se mira desde la carretera destapada, apenas

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