El presidente Javier Milei ha iniciado una transformación política tras su reciente victoria electoral. Esta semana, se ha propuesto relanzar su figura y su gobierno, en lo que se ha denominado como "Milei versus Milei". Este proceso se presenta como un plebiscito sobre su capacidad para establecer una nueva gobernabilidad. "Tengo dos años para hacer todas las reformas que me quedan", ha comentado a sus colaboradores, enfatizando la necesidad de buscar un consenso real.

La Casa Rosada ha vivido su mejor semana política, con un Milei que se muestra más abierto al diálogo y menos confrontativo. Un gobernador cercano ha señalado que "nos sorprendió mucho que se mostró muy humilde", mientras que otro mandatario ha descrito al presidente como "manso y tranquilo" tras una reunión clave donde se delineó la hoja de ruta política del gobierno.

El reciente cambio ministerial, que incluye el ascenso de Manuel Adorni a la jefatura de Gabinete, es parte de este intento de Milei por reencauzar un orden político que ha estado ausente en sus primeros dos años de gestión. Sin embargo, la consolidación de su nuevo esquema de poder dependerá de su capacidad para resolver la interna dañina que ha paralizado al gobierno en los últimos meses. Milei confía en poder aprobar la mayor cantidad de leyes antes de la mitad del próximo año.

A pesar de su triunfo electoral, la interna del gobierno sigue desordenada. La decisión de empoderar a Karina, hermana del presidente, a través de Adorni ya estaba tomada antes de las elecciones. Ella fue quien propuso a Adorni para el cargo, dejando claro que no aceptaría a Santiago Caputo como jefe. La dinámica de poder actual se centra en Milei, Karina y el resto de su equipo, mientras que el futuro de Caputo en el ministerio del Interior sigue en el aire.

La salida de Lisandro Catalán del ministerio del Interior ha dejado un vacío que se espera sea ocupado por Caputo, aunque aún faltan detalles sobre su poder real. La tensión interna persiste, y el nuevo esquema ministerial no garantiza la paz, sino que podría ser solo una calma temporal. La composición del nuevo gabinete ha sido criticada por ser endogámica, con intercambios de cargos entre funcionarios ya existentes.

Por otro lado, el partido de Mauricio Macri enfrenta una crisis de poder. El bloque en Diputados se ha fragmentado, con la salida de siete miembros que se alinean con Patricia Bullrich. De 24 integrantes, solo quedan 16, lo que debilita la influencia de Macri en el Congreso. En una reciente cena con Milei, el expresidente expresó su descontento por la falta de apoyo durante la campaña y criticó la salida de Guillermo Francos de la Jefatura de Gabinete, sugiriendo que su reemplazo por Adorni no es una buena noticia.

Macri ha señalado que el jefe de Gabinete es una figura esencial para coordinar los equipos políticos y de gestión. Además, ha advertido sobre las tensiones internas en el oficialismo, que son cruciales para el futuro del gobierno. A pesar de sus críticas, Macri ha dejado abierta la posibilidad de mantener un puente político con Milei, enfatizando la importancia de no desaprovechar la oportunidad histórica que enfrenta el país tras la reciente revalidación electoral. La relación entre ambos líderes, marcada por altibajos, se encuentra en un punto de inflexión tras la victoria de Milei en el balotaje de 2023.