Javier y Andrea crecieron bajo la imponente y omnipresente mirada de la ermita que corona el cerro del Puig, una joya del siglo XIV inseparable del paisaje de la Costera que a punto estuvo de desaparecer hasta que, a principios de siglo, se salvó de una muerte segura gracias a la presión del movimiento asociativo de la comarca . Cuando se conocieron, esta pareja de recién casados establecida en la población de Llocnou d’en Fenollet —aunque con lazos familiares en elGenovés— convirtió casi sin querer la senda de la subida al Puig en la expresión máxima de su pasión compartida por la montaña y la naturaleza.

23 años más tarde del inicio de las obras de recuperación financiadas por la Diputación deValencia y el Ayuntamiento de Xàtiva, la ermita gótica setabense ha experimentado una gran

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