La creciente intensidad de las olas de calor extremo, exacerbada por el cambio climático, plantea serias preocupaciones para la salud de las mujeres embarazadas. La exposición a temperaturas muy elevadas incrementa la carga sobre órganos esenciales tales como el corazón y los riñones.

Durante el embarazo, el cuerpo experimenta una serie de cambios que dificultan la disipación del calor. A medida que avanza la gestación, el aumento de peso y la mayor producción interna de calor obligan al corazón a trabajar más intensamente.

Las mujeres embarazadas requieren más líquidos para mantener una adecuada hidratación, lo que las hace más susceptibles a la deshidratación.

Complicaciones de la exposición al calor

Investigaciones indican que la exposición al calor extremo puede resultar en graves

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