A modo de pausa, de espacio para reflexionar, en “ese trajín diario que luego no nos permite siquiera llorar a nuestros muertos”, el coreógrafo Rodrigo González creó Réquiem de Mozart. La pieza parte de Misa de Réquiem del compositor austriaco, y se estrenará en la sala principal del Palacio de Bellas Artes, el 15 de noviembre por La Infinita Compañía, con 40 bailarines, y dirigida por González.
La obra nació de una necesidad personal y colectiva. “En este momento, la humanidad ha sufrido pérdidas colectivas relevantes; entonces, me pareció pertinente hablar del tema”. González ha experimentado varias pérdidas en su familia, así como en el plano profesional, en particular la muerte de su maestra, Nieves Paniagua, y de Guillermo Arriaga, así como de gestores culturales como Ignacio Tos

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