Fue un espectáculo de colores y voces, un desfile improvisado de alegría que hacía difícil distinguir la distancia entre la ciudad y el estadio donde se jugó la última partida de la Serie Mundial .

En el epicentro de esa ola, los nombres que resonaron en cada esquina fueron Shohei Ohtani y Yoshinobu Yamamoto . Los Dodgers de Los Ángeles, con la esperanza de cerrar la temporada con un triunfo, confiaron en Ohtani como lanzador de apertura en el juego decisivo. Yamamoto , su compatriota, tomó el relevo cuando el juego se acercaba a su punto crítico. La apuesta se cumplió: los Dodgers vencieron a los Toronto Blue Jays 5‑4 en 11 entradas , tras una remontada que arrancó con un jonrón de Miguel Rojas en la novena y un disparo de Will Smith

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