Madrugada del domingo 2 de noviembre de 1975: en Ostia, en las afueras de Roma, el cadáver de Pier Paolo Pasolini aparece destrozado sobre la arena, al borde de una playa oscura . Dos horas antes, su Alfa Romeo GT 1300 Junior color azul había sido detenido en el centro de la capital italiana por circular a exceso de velocidad. A bordo iba un joven de 17 años con antecedentes de estafa: Giuseppe “Pino” Pelosi .

La escena de horror estaba montada sobre una bellísima arquitectura romana antigua. El aire frío de noviembre tenía un olor salino mezclado con el aroma metálico de la sangre. De fondo, se escuchaba el rugido de olas pequeñas, y la brisa húmeda hacía que la arena crujiera bajo los pasos de los primeros investigadores que llegaban al lugar .

La luz amarillenta de los faroles

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