En medio de gritos de “¡presidente!”, mientras otros pedían guardar silencio por respeto a la familia, el féretro del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez, asesinado la noche de este sábado, se le subió a la carroza para trasladarlo al Centro Histórico para realizar un homenaje en cuerpo presente.

Desde la agencia funeraria San José, resultó llevado al primer cuadro de la ciudad, lugar donde unas horas antes murió minutos después de la inauguración del Festival de Velas de tres impactos de bala.

A lo largo del trayecto, la gente gritó “vivas”, porras, aplausos y peticiones de justicia. A este cortejo fúnebre se sumó el caballo que utilizó el edil cuando llegó a dar su primer informe de Gobierno como presidente municipal de Uruapan.

El cortejo fúnebre resultó resguardado por patrul

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