La batalla por Pokrovsk sigue arreciando, ya que la potencial victoria en esa ciudad adquiere una importancia política cada vez mayor, además de los beneficios puramente militares. Mientras los combates de intensidad variable continúan a lo largo de unos 1.000 kilómetros de frente activo en el país invadido, una serie de declaraciones de líderes rusos y ucranianos han colocado a la ciudad en el centro de atención, pues ambos bandos han enviado fuerzas adicionales allí en un intento por inclinar la balanza.
, dirigidos según varios fuentes por el propio jefe de esta, el general Kirilo Budanov, ha tenido como objetivo aliviar la presión que la infantería rusa ejerce sobre las vitales líneas de suministro que garantizan a los defensores ucranianos munición, medicinas y alimentos suficiente

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