La comparecencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez , ante la comisión investigadora del ‘caso Koldo’ del Senado acabó lejos de los pretenciosos objetivos del Partido Popular. Ninguno de los portavoces, por supuesto que tampoco el del PP, logró arrinconar al que ha hecho de la mentira su principal baza política. El barullo permanente, la agresividad impostada y la dispersión del cuestionario resbalaban en el rostro embadurnado de vaselina presidencial. La cinco horas de interrogatorio no fueron el descabello de la legislatura como pareció anunciar Alberto Núñez Feijóo , pero también es cierto es dejó dudas más que razonables sobre su participación –activa o pasiva– en los tejemanejes de Santos Cerdán , José Luis Ábalos y Koldo García . Los muchos (demasiados) «no me const

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