Han pasado tres años desde que la finca de Formentor emprendió una nueva etapa, recuperando su dimensión agrícola y forestal. Hoy, se empiezan a ver los resultados. «El balance es muy positivo, afirma Miquel Carreras, gestor de la finca. Ahora empezamos a ver los frutos de un trabajo pensado a largo plazo, que busca devolverle vida a la tierra y proteger un paisaje único».
El proyecto nació con una doble mirada: proteger el bosque frente al riesgo creciente de incendios y recuperar la producción agrícola bajo criterios ecológicos. Desde 2022 se han reabierto las antiguas fajas cortafuegos, creado nuevas zonas de seguridad detrás de la urbanización y limpiado caminos y áreas densas para reducir el material inflamable. «La falta de gestión forestal y el cambio climático nos preocupaban —exp

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