La Plaza de Armas se consolidó como el epicentro del festival, luciendo decoraciones que buscan preservar las raíces ancestrales de la festividad.

La pieza central es el túnel "Camino de las Ánimas" , un recorrido sensorial que deleita a los visitantes con flores suspendidas, iluminación suave de velas y un imponente cráneo monumental que funge como el principal altar urbano. La experiencia se completa con aromas de incienso y cantos tradicionales.

Uno de los atractivos más fotografiados es El Puente de las Ánimas , instalado sobre la Avenida Independencia. Esta estructura simboliza el sagrado tránsito de las almas. Con una profusión de flores de cempasúchil, veladoras y proyecciones temáticas, se ha convertido en un conmovedor homenaje visual al ciclo de la vida y la muerte.

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