En días recientes, decenas de vehículos en condiciones de abandono fueron marcados con un aviso en el parabrisas que obliga a sus propietarios a moverlos del lugar o, en su defecto, lo hará la Dirección de Vialidad a través de una grúa. El plazo es de solo dos días, sin importar ni verificar la situación ni la condición económica de las familias. El tema se antoja recaudatorio, tal como en su momento se obligó a los chihuahuenses a replaquear sus automotores.

Se trata de agentes de la Policía Vial quienes, bajo amenaza escrita de remitir los vehículos al corralón, llegan a los domicilios atendiendo —en muchos casos— denuncias anónimas de vecinos que reportan automóviles “abandonados”. A simple vista, parece una medida justa, necesaria para liberar banquetas, mejorar la imagen urbana y des

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