Ciudad de México.-Lo que comenzó como una manifestación pacífica en Jardín Morelos, en Morelia, terminó con la irrupción de un grupo de ciudadanos al Palacio de Gobierno de Michoacán, donde se registraron destrozos, pintas y tensión.

La protesta, convocada tras el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez, reunió a más de 400 personas que exigieron justicia y la renuncia del gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, a quien acusan de omisión en temas de seguridad.

Una vez dentro del inmueble, algunos manifestantes destruyeron mobiliario, cristales y colocaron mensajes contra el mandatario estatal. La intervención fue contenida con gas lacrimógeno y balas de goma, sin que se reportaran heridos graves.

El edificio permanece resguardado con vallas, mientras crece la presión social

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