Viernes, 23 horas aproximadamente. La caravana de motociclistas stunt ingresó veloz, ruidosa y compacta por calle José Vicente Zapata de Ciudad y se internó por Colón, siempre en dirección al oeste.

Algunos de esos motociclistas iban solos; otros, acompañados. Todos con cascos, todos acelerando. A mansalva. Los caños de escape rugían, ensordecedores y hambrientos de caos.

Muchos de esos motociclistas engancharon la onda verde y avanzaron pero algunos de los que venían atrás no se achicaron frente al semáforo en rojo en la esquina de Colón y España y siguieron como si nada.

Tres o cuatro cortaron camino entrando a la estación de servicios sin importarles que en el playón hubiera autos, clientes y despachantes de combustible.

Volví a verlos 10 minutos después sobre la Arístides,

See Full Page