“Yo creo que a todo gobernante le gusta gobernar con plata, entonces, le va a convenir a todas las fuerzas políticas la aprobación de la ley de financiamiento para que la realidad del presupuesto de $547 billones se puedan ejecutar”. Con esta afirmación, el ministro de Hacienda encargado, Carlos Betancourt, generó una fuerte controversia en el debate sobre la nueva reforma tributaria del Gobierno de Gustavo Petro, cuya meta de recaudo es de $16 billones para financiar el Presupuesto General de la Nación (PGN) de 2026.

El comentario no pasó desapercibido para varios expertos que reaccionaron a este como una “confesión” sobre el uso político de la política fiscal y que también rechazaron la visión del funcionario y advirtieron sobre los riesgos de anteponer intereses partidistas a la discip

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