Hubo un momento, allá por el año 2016, en el que . Las aerolíneas, según expuso entonces el directivo irlandés, lograrían sus ingresos de un porcentaje de la facturación comercial de los aeropuertos, que verían disparado su tráfico y estas ventas con la reducción o incluso ala posible abolición de las tarifas aeroportuarias. Pero el tiempo no le ha dado la razón a O’Leary y a la propia Ryanair, aunque siendo todavía la reina del bajo coste, no le ha quedado otra que ir adaptando sus tarifas a la realidad de la situación económica.

Durante su primer semestre fiscal (abril-septiembre), el precio de su tarifa media pasó de 52 a 58 euros , según aseguró ayer en la presentación de sus resultados del periodo, en el que .

En los últimos dos años, la compañía ha incrementado sus tarifas un

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