Un cuarto docente que trabajó en el centro de educación especial Ventijol, ha corroborado las denuncias que impulsaron otros dos colegas, sumada a la primera alerta que lanzó un tercero hace un año y medio cuando estaba realizando las prácticas, sobre los supuestos métodos violentos que se utilizaban para contener a niños con autismo severo, de entre 8 y 11 años. La cifra de implicados podría aumentar una vez concluya el expediente informativo que elabora la inspección del Departament d’Educació, que ha destinado un segundo inspector al caso. Inicialmente, las primeras acusaciones recaen sobre tres docentes y varias educadoras que aún ejercen en el centro, especialmente en el comedor escolar.

En línea con lo que avanzó ayer La Vanguardia , un cuarto testigo ha declarado que una práctica

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