El Monumental ardió . Tras la derrota con Gimnasia, los hinchas explotaron contra los jugadores como viene pasando en el último mes pero lo que sucedió el domingo en Udaondo y Figueroa Alcorta fue mucho más fuerte que otras veces. Hubo silbidos, cánticos, insultos y un grito de guerra que penetró en las entrañas del plantel. “ Ohhh, que se vayan todos, que no quede ni uno solo ” , se entonó con fuerza y quedó expuesta que el vínculo entre los futbolistas y los hinchas se rompió. Ahora, el interrogante es si ese fastidio alcanza también a Marcelo Gallardo y su cuerpo técnico.
Al hombre de la estatua jamás lo cuestionarán a viva voz en el Monumental de manera personificada. Gana el agradecimiento por su inolvidable primer ciclo, y por eso se lo ovaciona cada vez que sale a escena,

 Clarín Deportes

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