La idea de que un helicóptero de combate Black Hawk, una de las aeronaves militares más complejas del mundo, pueda ser controlado con una simple tableta por alguien sin experiencia de vuelo parece sacada de una película de ciencia ficción. Sin embargo, esto es exactamente lo que ha sucedido en Estados Unidos durante unas maniobras militares recientes. Un sargento del ejército estadounidense, sin ser piloto, ha comandado con éxito uno de estos aparatos, demostrando que el futuro de la aviación autónoma ya está aquí.

De hecho, el cerebro detrás de esta proeza es el software de autonomía MATRIX, integrado en un sistema de pilotaje opcional (OPV) que se instaló en un Sikorsky UH-60. Esta plataforma tecnológica, que en sus orígenes recibió el impulso de DARPA —la agencia de investigación ava

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