A veces los caminos se revelan cuando todo parece tambalear. A los 16 años, mientras atravesaba la separación de sus padres, Macarena Suárez encontró su refugio en el teatro. “Fue amor a primera vista -cuenta-. Dije: ‘Yo quiero hacer esto, no quiero hacer otra cosa’. Mi mamá no estaba nada de acuerdo, pero yo insistí. Era eso o nada”, cuenta a Revista GENTE en el junket de La Herida.

Desde entonces no paró. Se formó en la Universidad Nacional de las Artes, donde se recibió de Licenciada en Actuación, y a los pocos meses de comenzar ya estaba en un set: tuvo un pequeño papel en La mirada invisible, de Diego Lerman , con apenas 16 años. “Con esa película me pagué mis primeras vacaciones. Me fui a la playa con mis amigos. Fue mi primer trabajo y el comienzo de todo", recuerda,

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