Hoy, ante la creciente deshumanización de nuestras sociedades y el fuerte relativismo ético que vivimos, se habla mucho de la necesidad de educar en valores, pero no se menciona que hace falta mucho valor para educar. Sobre todo dada la precaria situación económica y el desprestigio social que viven los educadores: Todo el mundo quiere el mejor maestro para sus hijos, pero no quieren que sus hijos sean maestros.

Sin embargo, la educación y no meramente la instrucción, es el medio fundamental para el progreso económico, social, humano y espiritual de los pueblos y sociedades. A todos nos conviene tener más y mejor educación y que todos los demás la tengan. La ausencia de educación o una pobre educación lleva a los pueblos y sociedades al fracaso, ya que ella es el pasaporte a un mañana mej

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