Ayrton Senna llegaba al Gran Premio de Brasil de 1991 con una misión pendiente: ganar por primera vez ante su público . A pesar de ser ya bicampeón del mundo y uno de los pilotos más admirados del momento, aún no había logrado triunfar en casa. Interlagos lo había visto sufrir, pero esta vez, Senna se mostraba decidido a romper su maldición y ofrecer a su país la victoria que tanto llevaba buscando. , declaró tras conseguir subirse a lo más alto del podio.
Más de tres décadas después, el coche diseñado por Neil Oatley bajo la dirección técnica de Gordon Murray, sigue siendo el más famoso de la historia de la Fórmula 1 y ahora sale a subasta por RM Shoteby’s . Aunque aún no ha tenido lugar, la empresa estima que se venderá por una cifra millonaria que superará a todos los coches de F1 y

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