Al convivir con un gato, es inevitable encontrarse con comportamientos que resultan extraños, e incluso desconcertantes. Y probablemente el top uno para quienes no están familiarizados con la conducta felina es cuando un gato se sitúa de tal forma que su trasero queda a la altura de nuestra cara. Aunque a primera vista pueda parecer un gesto insultante, en realidad se trata de una señal positiva. Lejos de expresar desdén, el gato está comunicando confianza, seguridad y afecto.
Los gatos no realizan esta acción para molestar, por el contrario, se trata de una forma de comunicación compleja. La posición de su cuerpo y, concretamente, la exposición de su parte trasera, revela que el gato percibe al humano como parte de su grupo social, como alguien digno de su confianza. Entender este compor

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