El robo en el Museo del Louvre de París el pasado 19 de octubre ha acabado revelando las malas prácticas en materia de ciberseguridad que durante años dejado al seguridad de la pinacoteca en manos de programas obsoletos y sistemas protegidos por contraseñas débiles.

La sustracción de varias joyas de la etapa imperial de Napoleón y su mujer, Josefina , con el museo abierto y con visitantes en su interior planteó dudas sobre la seguridad de un símbolo mundial de la cultura francesa como es el Louvre.

Las primeras conclusiones de una investigación administrativa encomendada a la Inspección General de Asuntos Culturales (IGAC) destaca una serie de fallos, pese a contar con procedimientos y protocolos y alarmas que funcionan correctamente.

Así, se indica que durante 20 años se ha su

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