Los que conocen a Rosalía por Los Ángeles distinguirán la emotividad; los que la siguen por El Mal Querer, identificarán su malicia narrativa y los que la recuerdan por Motomami, no la reconocerán. Su nuevo álbum, LUX, trae un concepto, música y simbolismo que se podría colocar en total contrariedad con su último proyecto y que no se parece, casi en nada, a sus anteriores producciones.

El primer sencillo que develó la artista fue Berghain, el nombre de un emblemático bar de Berlín, donde expuso una propuesta que incluye abundantes instrumentos y un registro de voz potente. Se trata de un acierto como antesala del disco, porque el resto del proyecto no se aleja de ese estilo.

A nivel musical, LUX apuesta a la inmensidad, por eso potencia los sonidos orquestales con cuerdas, bajos, pianos

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