El 4 de noviembre de 1922 no fue un día más en el calendario de la arqueología. Aquel sábado, bajo el sol implacable de Luxor, el arqueólogo británico Howard Carter descubría los escalones que conducían a una puerta sellada en el Valle de los Reyes . No lo sabía entonces, pero estaba a punto de abrir la tumba más famosa de la historia: la de Tutankamón , el faraón niño que había permanecido oculto por más de tres mil años.
Carter llevaba más de cinco años excavando sin resultados importantes. Su proyecto, financiado por el aristócrata inglés Lord Carnarvon , había estado a punto de cancelarse. Pero aquella mañana, uno de los obreros locales halló el primer peldaño que cambiaría el rumbo de la expedición y de toda la arqueología moderna.
El 26 de noviembre, Carter realizó una p

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