Las organizaciones requieren talento preparado para enfrentar retos que evolucionan a gran velocidad: automatización, adopción masiva de IA, cambio cultural, sostenibilidad corporativa y experiencias centradas en las personas . En este contexto, los perfiles profesionales han dejado de ser estáticos para convertirse en talentos integrales, capaces de unir pensamiento crítico, dominio tecnológico y habilidades humanas con visión estratégica.

Los profesionales que logran destacarse son aquellos que se reinventan constantemente, impulsan la innovación, colaboran con propósito y tienen la capacidad de adaptarse sin perder su esencia. Las compañías que reconocen este valor, invierten en formación continua y construyen culturas que potencian el crecimiento, no solo atraen perfiles de alto nivel

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