Documentos de inteligencia militar y reportes de la DEA han puesto al gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, en el centro de una controversia por presuntos vínculos con el crimen organizado. Las investigaciones sugieren conexiones familiares y financieras con la banda criminal conocida como Los Viagras. Las sospechas emergen en un contexto de creciente violencia en la región de Tierra Caliente, donde la extorsión a productores de limón se ha convertido en una de las principales fuentes de ingresos para las organizaciones delictivas. El nombre de Ramírez Bedolla ha sido mencionado en varias líneas de investigación de la DEA, que se originaron a partir del análisis de la red criminal vinculada a Adalberto Fructuoso Comparán Rodríguez, exalcalde de Aguililla, actualmente detenido en Estados Unidos. Comparán es identificado como miembro de Los Viagras. Se ha señalado que Anabel Bedolla Marín, esposa de Comparán y tía del gobernador, habría proporcionado recursos financieros para la campaña de Ramírez Bedolla a la gubernatura. Esta relación familiar ha sido vista como un posible canal de influencia entre el crimen organizado y la política local. Documentos militares, obtenidos tras un hackeo a la Secretaría de la Defensa Nacional por el colectivo Guacamaya, refuerzan estas sospechas. En ellos, Anabel Bedolla es mencionada como interlocutora de Los Viagras, liderados por Nicolás Sierra Santana, alias Coruco. Este último ha sido descrito como un exautodefensa que se convirtió en líder del grupo criminal durante la administración actual. La información militar indica que Anabel Bedolla mantenía comunicación constante con líderes de facciones criminales asociadas a su esposo y actuaba como enlace entre estos grupos y políticos locales durante las elecciones de 2021. La situación en la Tierra Caliente es alarmante. Los municipios de Aguililla, Apatzingán y Tepalcatepec son considerados los más conflictivos del estado. La extorsión a los citricultores ha aumentado, y la violencia se ha intensificado tras el asesinato de Bernardo Bravo, presidente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán. En respuesta a esta crisis, Ramírez Bedolla se reunió con el titular de la Secretaría de Seguridad, Omar García Harfuch, y el general Ricardo Trevilla Trejo para reforzar la seguridad en la región. Sin embargo, analistas han interpretado estas acciones como un reconocimiento del fracaso de las estrategias anteriores, que incluyeron la instalación de una base militar en el tianguis limonero y el aumento de efectivos de la Guardia Nacional. Expertos en seguridad han advertido que las redes criminales en Michoacán cuentan con respaldo político y estructuras de protección en diferentes niveles de gobierno, lo que complica los esfuerzos para desmantelarlas. La creciente sospecha sobre el propio gobernador añade un nuevo nivel de tensión a la crisis institucional que enfrenta el estado.