Cortar cebolla sin llorar ha sido, hasta ahora, un reto que dependía de trucos caseros y recomendaciones populares. Desde remojarlas en agua hasta utilizar ventiladores , la mayoría de las estrategias carecían de un fundamento científico sólido. Sin embargo, recientes estudios de física aplicada han analizado el fenómeno desde un enfoque mecánico y dinámico.

Un equipo de la Universidad de Cornell (Nueva York) ha publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences un análisis detallado que describe cómo la cebolla libera partículas responsables del lagrimeo . Este estudio no sólo identifica los factores que influyen en la producción de lágrimas, sino que también señala la manera de reducirlas al mínimo.

¿Cuál es el truco infalible para cortar cebolla sin llorar, según la ciencia?

El estudio evidencia que la clave para cortar cebolla sin llorar depende en gran medida del cuchillo utilizado. Cuanto más afilado el cuchillo, menos gotas genera . A continuación, se detalla cómo reaccionaron los distintos tipos de cuchillos que fueron empleados en el estudio:

  • Cuchillos romos o gruesos: generan mayor presión al comprimir la piel de la cebolla, acumulando energía que se libera de golpe. Esto produce una nube de microgotas que puede alcanzar velocidades de hasta 40 metros por segundo.
  • Cuchillos afilados: atraviesan la piel sin generar tanta presión, disminuyendo el número y velocidad de las partículas liberadas. Según los datos, una hoja sin filo puede multiplicar por 40 las microgotas en comparación con un cuchillo bien afilado.

A su vez, cabe remarcar que la velocidad del corte también influye . Los cortes rápidos aumentan la dispersión de gotas, mientras que un movimiento controlado y lento reduce significativamente el efecto lacrimógeno.

Por tanto, la combinación de un cuchillo afilado y una técnica precisa es esencial para minimizar la liberación de compuestos irritantes.

La ciencia detrás del corte: ¿Por qué es complicado cortar cebolla sin llorar?

El corte de una cebolla no es únicamente una separación de capas. Según los investigadores liderados por el físico Sunghwan Jung, se produce una explosión microscópica: pequeñas gotas cargadas con compuestos de azufre se dispersan en el aire , transformándose en sulfóxido de tiopropanal, la molécula que irrita la córnea.

El proceso ocurre en dos fases: primero, una liberación rápida causada por la presión acumulada bajo la piel de la cebolla; después, una descomposición más lenta de los filamentos líquidos. Esta dinámica explica por qué, incluso tras unos segundos de cortar, los ojos comienzan a lagrimear de manera intensa.

Las observaciones fueron posibles gracias a la combinación de cámaras de alta velocidad, microscopios electrónicos, velocimetría por seguimiento de partículas y modelos matemáticos avanzados, lo que permitió a los científicos cuantificar la magnitud y velocidad de las microgotas.

Derrumbando mitos: la temperatura no ayuda

El estudio también desmintió la creencia de que refrigerar las cebollas antes de cortarlas reduce las lágrimas. Los experimentos mostraron que las cebollas frías liberan más gotas, debido a que los tejidos se vuelven más rígidos y la presión interna se incrementa durante el corte.

La rigidez extra provoca que, al romperse la piel, la liberación de partículas sea aún más violenta. Esto demuestra que algunos consejos populares pueden resultar contraproducentes al intentar cortar cebolla sin llorar.

Implicaciones prácticas y científicas de este hallazgo

Más allá del simple lagrimeo, este descubrimiento tiene relevancia en seguridad alimentaria . Las microgotas expulsadas durante el corte podrían transmitir patógenos si la superficie de la cebolla estuviera contaminada, lo que hace que la técnica y el tipo de cuchillo no sólo sean importantes para los ojos, sino también para la higiene.

El estudio de Jung y su equipo representa un ejemplo de física aplicada en la vida cotidiana. Analizando la cebolla como un sistema de capas elásticas y fluidos internos , los científicos ilustraron cómo la energía se acumula y se libera, similar a un muelle bajo presión.

Este conocimiento podría tener aplicaciones en ingeniería de materiales y diseño de herramientas de cocina que reduzcan la dispersión de partículas.

Además, el hallazgo enfatiza que detalles como el ángulo del filo o el radio de curvatura de un cuchillo no son triviales : afectan directamente la dinámica de liberación de microgotas.