Un equipo internacional descubrió en el sur de Australia diminutos fragmentos de vidrio formados por un impacto de asteroide ocurrido hace 11 millones de años.
El hallazgo abre un nuevo misterio: el cráter que originó este cataclismo todavía no aparece.
El paisaje árido del lugar, cubierto por arenas rojizas y piedras desgastadas por el tiempo, escondía un secreto que sobrevivió sin ser advertido.
Allí, entre los sedimentos del desierto, científicos franceses y australianos identificaron unas diminutas esferas de vidrio natural formadas por la colisión de un cuerpo extraterrestre con la Tierra. Su hallazgo reescribe parte de la historia geológica del planeta y revela un evento de impacto del que no se tenía registro.
La investigación, publicada en la revista Earth & Plan

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