El país africano está paralizado por los ataques del terrorismo extremista, que bloquea la entrada de fuel a la capital y quema los camiones con combustible
Escasez de gasolina, que se vende en el mercado negro al doble o triple de su precio; cortes diarios de electricidad; clases suspendidas en colegios y universidades; empresas que han paralizado su actividad o funcionan a medio gas; movilidad restringida. Desde el pasado septiembre, los grupos yihadistas que operan en Malí están sometiendo al país africano a una asfixia económica cada vez más insoportable y han intensificado su actividad terrorista de ataques y secuestros en las regiones próximas a la capital, Bamako, de cuatro millones de habitantes. Ante la creciente inseguridad y la inestabilidad que puede generar en la región, lo

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