“Tenemos un rinoceronte ”, este grito de alegría, seguido de abrazos (y algunas lágrimas) del equipo técnico de Bioparc Valencia marca un hito en este parque de naturaleza. Tal y como señalaban los datos hormonales de la víspera y se confirmó durante la mañana, solo había una cosa que hacer, esperar. Pendientes de las pantallas que mostraban las imágenes del recinto interior, donde, por precaución, se había decidido que permaneciera la hembra primeriza, con cada movimiento de Kwanza se escuchaba un “ya viene”. El comportamiento inquieto evidenciaba las contracciones y se comenzó a observar la placenta . El paso de los minutos parecía horas y, como sucede en este primer instante de nuestra maravillosa naturaleza, llegó la vida.

Este martes por la tarde, en el 491 día de

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