El presidente autoritario de Venezuela, Nicolás Maduro, respondió a los ataques de EE.UU. contra presuntas embarcaciones dedicadas al narcotráfico, ampliando la represión estatal, intensificando los arrestos de disidentes y desplegando grupos paramilitares en zonas pobres.

En los dos meses desde que Estados Unidos envió ocho buques de guerra y miles de soldados al Caribe sur, el presidente Donald Trump afirmó haber rechazado las ofertas de concesión de Maduro. Sospechando que Trump busca su destitución, el mandatario venezolano recurrió a los mecanismos de represión interna que lo han mantenido en el poder.

Los paramilitares progubernamentales conocidos como colectivos fueron enviados a barrios pobres de Caracas para sofocar cualquier disidencia en antiguos bastiones chavistas.

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