Por: Juan Manuel Ballesteros

Ese alguien es uno de nosotros, de los de “pura cepa”, como decimos en estos lares, de la tierra donde nacen muchos pero se crían pocos. Está en cualquier parte, es uno o todos. No importa su cuna, educación o estatus; es aquella personita que sospecha todo el tiempo de todo y de todos, para quien no hay un acto libre de escrutinio implacable y nada le parece si no se amolda a su parecer.

Ahí está, observémoslo, es el producto de un país hecho trizas por el odio amplificado por politiqueros: mira con rabia casi inconsciente y tiene el don de rumiar la rabia hasta disolver las mariposas que puedan llegar a habitar en su estómago.

Llamémoslo “enemigo” o “enemiga”; es esa bestia feroz alimentada por los miedos y estereotipos, la prueba de que décadas (más bien

See Full Page