Ningún mexicano o mexicana puede negarlo, el país es otro después del trágico sexenio de Felipe Calderón, y como juarense aún más, Juárez se convirtió en esa época en la capital del homicidio. No solamente nos cambió la realidad, nos cambió el futuro y, ese futuro, llegó. Componer todo ese desastre no ha sido fácil, llevamos apenas 7 años, pero con una estrategia que ataca de raíz la descomposición que el PRIAN dejó. No vamos sin rumbo, vamos con una ruta y ejes claros, pero todo lleva su tiempo.

Es muy lamentable lo que aconteció en Uruapan, Michoacán, el ataque cobarde en contra de Carlos Manzo, nos muestra los resquicios que aún permanecen pero que desde la federación se trabajan y se lucha frontalmente. El septiembre pasado Manzo había solicitado apoyo y se le respondió, se enviaron m

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