A pasos del metro Pedro de Valdivia, el histórico Liceo 7 de Providencia luce hoy sus portones cerrados. En la reja cuelgan lienzos que acusan “mala gestión directiva” y carteles que recuerdan a exalumnas detenidas desaparecidas: “La memoria no se borra”.

La imagen se repite desde hace tiempo: desde el 9 de octubre están sin clases regulares y, desde el 27 de octubre, el liceo se mantiene en toma indefinida, el punto culminante de una tensión que venía acumulándose desde hacía meses. Detrás de los portones cerrados no solo hay, según han dicho sus causantes, molestia por la falta de mantención e infraestructura, sino también por el modo en que se condujo la denuncia de “adoctrinamiento político” que, en septiembre, remeció al liceo y reveló una fractura más profunda.

Todo se originó el 2

See Full Page