El fenómeno, que captó la atención de los fronterizos, se debió a que el satélite natural alcanzó su punto más cercano a la Tierra (perigeo) en su órbita elíptica. El astro se ubicó a unos 356 mil kilómetros de distancia de nuestro planeta.

Esta proximidad provocó que la luna se percibiera visualmente un 14% más grande y hasta un 30% más luminosa de lo que se aprecia en una noche habitual.

Esta fue la última superluna del año 2025, un evento que ocurre cuando la fase de luna llena coincide con su máxima cercanía a la Tierra.

Aunque el momento cumbre del fenómeno ya transcurrió, las autoridades astronómicas y aficionados señalaron que la luna llena seguirá viéndose "espectacular" y "chula" si se voltea al cielo durante el resto de la noche.

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