El cierre gubernamental más prolongado en la historia de Estados Unidos empieza a dejar secuelas visibles en la economía real, pues ante la falta de 2,000 controladores aéreos, el gobierno de Estados Unidos pedirá a las aerolíneas que cancelen vuelos a partir del viernes, medida que podría recortar en un 10% la capacidad operativa de 40 aeropuertos, incluidos los más transitados del país.

El secretario de Transporte, Sean Duffy, explicó que esta reducción es necesaria para aliviar la presión sobre un sistema que, pese a operar aún de forma segura, enfrenta tensiones inéditas. “Si la presión continúa, tomaremos nuevas medidas”, advirtió Bryan Bedford, director de la FAA, quien reconoció no haber vivido una situación semejante en sus 35 años de carrera.

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