Fue uno de los robos más espectaculares de los Estados Unidos en lo que va del siglo. Rápido, sencillo, audaz, con movimientos sincronizados en un aeropuerto con cuidadas medidas de seguridad y un botín de millones de dólares obtenido sin disparar un solo tiro . Tan bien les salió a sus autores que en un primer momento la policía y el FBI creyeron que se trataba de ladrones muy experimentados que se lanzaron a hacerlo después de meses de rigurosos relevamientos y mucha planificación. A nadie se le ocurrió que, en realidad, había sido obra de cuatro tipos sin experiencia alguna en el mundo del crimen que, a partir de un dato deslizado en una conversación casi casual, vieron la oportunidad y no la desaprovecharon. El líder del grupo confesó años después que se había preparado viendo ho

See Full Page