Las enfermedades cardiovasculares continúan siendo la principal causa de muerte en el mundo, pero su origen puede rastrearse mucho antes de la edad adulta. Diversos estudios han demostrado que los procesos que conducen a la aterosclerosis —el endurecimiento y daño progresivo de las arterias— comienzan en etapas tempranas de la vida, incluso en la infancia.

Durante años, el enfoque preventivo se centró casi exclusivamente en los adultos, pero la evidencia científica actual revela que la salud cardiovascular debe protegerse desde los primeros años de vida . Enfermedades cardíacas y no cardíacas, congénitas y adquiridas, además de hábitos alimenticios incorrectos, el sedentarismo, la obesidad infantil o la exposición al humo del tabaco, alteran el sistema circulatorio y favorecen el de

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