Puede que tengas alguna por casa, en ese bote de monedas en el que siempre acaban los euros sueltos o los céntimos . O quizá la has tenido entre manos sin darte cuenta, como una de tantas. Pero lo cierto es que hay una moneda de 2 euros que, aunque parezca corriente, puede llegar a valer hasta 6.000 euros. Pero ¿cuál es el motivo para que se llegue a pagar semejante cantidad? ¿Qué tiene de especial esta moneda?.
Lo curioso es que no se trata de una moneda lujosa, de oro o de colección privada. Nada de eso. Es una moneda conmemorativa que Grecia emitió en 2004 y que circuló de forma normal, como cualquier otra. Muchos no lo saben, pero esa pieza se ha convertido en un pequeño objeto de culto para coleccionistas, sobre todo si está en perfecto estado o forma parte de alguna de las ediciones limitadas. Así que si eres de los que guarda monedas extranjeras por si acaso, o tienes un cajón lleno de cambio sin revisar, este puede ser un buen momento para echarles un vistazo. Porque quién sabe, tal vez estás más cerca de ese pequeño tesoro de lo que piensas.
Una moneda de 2 euros histórica con sabor olímpico
El euro llegó a nuestras vidas oficialmente en 2002. Pero no fue hasta dos años después cuando los países de la zona euro comenzaron a emitir monedas conmemorativas . En 2004, Grecia aprovechó la celebración de los Juegos Olímpicos de Atenas para lanzar la primera de este tipo: una moneda de 2 euros dedicada al espíritu deportivo y al legado clásico del país.
El diseño escogido representa a un discóbolo, una figura inspirada en la escultura griega antigua, en pleno movimiento antes de lanzar el disco. A un lado se puede leer ATENAS 2004 junto al logotipo olímpico, y al otro, el valor de la moneda, con la palabra euro escrita en griego: ΕΥΡΩ. No sólo fue la primera moneda conmemorativa de 2 euros, sino también la que se emitió en menos tiempo: apenas 133 días desde que Grecia recibió autorización para acuñar piezas especiales. Un récord que aún se recuerda.
No es casualidad que ganara un premio internacional en 2006 como mejor moneda en circulación del año. Su estética, su significado y el momento en que vio la luz la convierten en una pieza muy codiciada.
Por qué algunas valen tanto y otras no
Puede parecer contradictorio: si se fabricaron millones, ¿por qué algunas cuestan tanto? La clave está en los detalles. Aunque Grecia tenía permiso para acuñar hasta 50 millones de unidades, la tirada final se quedó en 35 millones. Y dentro de esa cifr a, sólo una parte salió con acabados especiales, como la calidad BU (Brilliant Uncirculated), o presentaciones en coincards o sets con sellos. Estas versiones más cuidadas son las que hoy pueden alcanzar cifras sorprendentes.
En plataformas como eBay, se han llegado a ver anuncios con precios tan altos como 6.000 euros por una sola moneda . ¿Lo vale? Depende de a quién se lo preguntes. Algunas ofertas bajan a los 1.500 o 1.000 euros, pero aún así siguen siendo cantidades muy superiores a su valor facial. Si además se trata de una edición difícil de encontrar o está en estado impecable, su cotización puede dispararse.
Cómo saber si tienes la moneda que todos buscan
Si ahora mismo te ha picado la curiosidad y estás pensando en rebuscar en tus cosas, hay algunas señales que pueden ayudarte a identificar esta pieza. Lo primero es comprobar el año: debe ser de 2004. Luego, mira bien el diseño. El discóbolo debe aparecer claramente en la parte central, rodeado por las doce estrellas de la UE. El valor, el logotipo de los Juegos y la palabra euro en griego deben estar bien visibles. También es importante f ijarse en el canto de la moneda: en este caso, está grabado con la inscripción ΕΛΛΗΝΙΚΗ ΔΗΜΟΚΡΑΤΙΑ (República Helénica), seguida de una estrella.
Otro detalle útil es buscar si tu moneda viene en formato especial: algunas fueron vendidas en sobres conmemorativos o sets que combinaban moneda y sello. Si tienes una así y está sin circular (es decir, como nueva), entonces el valor podría ser mucho más alto. Lo mejor es compararla con imágenes fiables en tiendas de numismática o en catálogos oficiales, para asegurarte de que se trata de una versión rara y no una moneda corriente.
¿Dónde venderla si crees que la tienes?
Una vez que tienes claro que tu moneda puede tener cierto valor, el siguiente paso es saber cómo venderla. Hay varias opciones. Las más habituales son acudir a una tienda especializada en numismática, donde pueden tasarla con precisión, o probar suerte en plataformas de compraventa como eBay, Wallapop o Todocolección. Eso sí, no basta con poner un precio alto: debes justificar por qué esa pieza lo vale. La presentación, el estado y los certificados (si los tienes) ayudan mucho.
En este tipo de ventas, la paciencia también juega un papel importante. Hay monedas que se venden rápido, pero otras tardan más en encontrar al comprador adecuado. Y si no tienes prisa, puedes esperar a que aumente el interés o el valor de mercado . Al fin y al cabo, se trata de una inversión más sentimental que financiera. Y para algunos coleccionistas, estas piezas valen mucho más que el dinero.

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