El tifón Kalmaegi dejó un rastro de muerte y devastación a su paso por el centro de Filipinas esta semana, reduciendo barrios enteros a escombros y desplazando a decenas de miles de personas.

La tormenta ha sido la más mortífera que ha azotado el país este año, dejando al menos 114 muertos y varias decenas de desaparecidos —la mayoría en la provincia de Cebú, un importante destino turístico—.

Los residentes han comenzado la titánica tarea de rescatar sus pertenencias y excavar entre el espeso lodo y los escombros de sus casas destruidas, mientras las aguas que retroceden dejan al descubierto una devastación generalizada.

Sin embargo, el tifón Kalmaegi aún representa una amenaza mientras se desplaza sobre el mar de China Meridional hacia la costa de Vietnam.

La tormenta se ha intensific

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