Durante más de cinco siglos, las estatuas de Qin Hui, antiguo canciller de la dinastía Song, y de su esposa han sido abofeteadas, pateadas y escupidas por millones de personas.
En el corazón de Hangzhou, frente al imponente mausoleo de un valiente general al que incriminaron y ejecutaron, se alzan las estatuas de Qin Hui y su esposa, dos de las figuras más odiadas y despreciadas de la historia china, informa Odditycentral.
Se los representa de rodillas, con la cabeza gacha y las manos atadas a la espalda, humillados eternamente por su traición . Pero ese castigo no basta para las estatuas de hierro fundido, pues también deben soportar bofetadas, puñetazos y patadas de cientos, a veces miles, de personas cada día .
Para comprender la magnitud del maltrato que sufren Qin Hui y su

Clarín