Los cuerpos de seguridad no solo no cuentan con personal completo, también su armamento queda superado frente al que utilizan grupos delictivos.
Lidia Arista
“No puede ser posible que los delincuentes estén mejor armados que las policías municipales”, ese fue el reclamo de Carlos Manzo, alcalde de Uruapan asesinado el sábado 1 de noviembre.
El hombre que gobernó al municipio durante 14 meses hizo una petición: que le entregarán metralletas FN-Minimi para “igualar la capacidad de fuego utilizado por el crimen organizado” .
La petición del político que encabezaba el movimiento de “Los del Sombrero” era solo un reflejo de las condiciones en las que los municipios enfrentan al crimen en el país: déficit de policías, falta de recursos y armamento superado por la capacidad de fuego que

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