Todo comienza con algo verde que nadie detiene. Una enredadera que trepa el muro compartido, una raíz que avanza por debajo del revoque, un árbol que se inclina donde no debe. Lo que parece natural puede convertirse, con el tiempo, en un conflicto jurídico.
Desde el equipo técnico–legal de Arquitectos de Abogados , señalan que estos casos son más comunes de lo que se piensa: “Una filtración que parece menor, una planta ‘inocente’, una humedad que se disimula con pintura… Hasta que un día el daño se vuelve argumento, el vecino se transforma en demandante y lo que era jardín se convierte en causa judicial”.
El Código Civil y Comercial de la Nación , en sus artículos 1970 a 1973 , establece que cada propietario debe mantener su vegetación y sus muros de modo que no causen perjuicio al

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