Desde las gradas superiores, la sala Oval del Museu Nacional de Catalunya parece el funeral de un tipo estridente. Los bancos están ocupados por trajes negros –el código de vestimenta exige un 'chic attire'– y al fondo hay un altar lleno de sábanas blancas arrugadas, entre las que contrasta una cabellera oscura. Un poco más allá, unos focos ciegan la imagen.

Esa misma cabeza se percibe inmóvil desde las 21:00, que es cuando los primeros visitantes irrumpen en el lugar. Una vez lleno, justo media hora más tarde, suenan los primeros acordes de 'Sexo, violencia y llantas', apertura de 'Lux', cuarto trabajo de estudio de Rosalía, y la cantante catalana se descubre como dueña de esa melena negra.

“Estar a oscuras es la mejor manera de experimentar luz”, había narrado un instante antes la voz

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